FREDDIE MERCURY
Acostumbrado a traspasar fronteras desde pequeño, no tuvo problemas para traspasar las propias y convertirse en un personaje ícono de la historia del Rock. Resistirse a su majestad en el escenario era imposible. Manejaba a su antojo los corazones de sus espectadores al cantar. Magnetismo y carisma, talento y genialidad, componía y ejecutaba sus piezas con el instrumento que mejor manejaba a su antojo: su voz. Al despedirse nos dejó el mejor legado: el amor y la música no tienen límites… ¡Dios salve a la reina!
¡Haz que tu propia voz se escuche!